El pasado miercoles, en horas de la tarde, la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (Fenamad) comunicó la muerte de Antonio Sueyo Irangua, también conocido como “Sontone”, uno de los sabios históricos más importantes del pueblo harakbut, en Madre de Dios.
Antonio Sueyo es un personaje representativo no solo del mencionado pueblo amazónico, sino también de todos los pueblos indígenas del país. Como sabio y líder indígena de la Comunidad Nativa Boca de Inambari, brindó un testimonio vivo sobre su vida, su cultura y los procesos históricos que atravesaron los pueblos nativos de la Amazonía para ser contactados.
“Sontone”, como también era conocido, vivió hasta su juventud como indígena no contactado en donde hoy se ubica la Reserva Comunal Amarakaeri, en la región Madre de Dios, lugar que colinda con el Parque Nacional del Manu. Él y otros compañeros, fueron contactados por los misioneros dominicos en la década de 1950.
Al conocer la trascendencia de sus vivencias, el sociólogo Héctor Sueyo Yumbuyo, hijo de Sontone, decidió escribir el libro a medida que su padre le relataba todos aquellos recuerdos, mitología y vivencias del pueblo harakbut. Como resultado final nació Soy Sontone, memorias de una vida en aislamiento, un libro publicado en el 2017 por el Ministerio de Cultura.
“…las memorias de Antonio o Sontone nos muestran desde un punto de vista personal los dramáticos cambios sufridos por los pueblos amazónicos durante la mayor parte del siglo XX. […] En ese sentido, el testimonio de Antonio Sueyo no tiene precedente en nuestro país. Es el primer libro que narra las memorias de un indígena que estuvo en situación de aislamiento en los bosques amazónicos, solo comparable en el ámbito internacional con el libro del líder yanomami, Davi Kopenawa, quien fue contactado por misioneros evangélicos durante su niñez en la frontera entre Brasil y Venezuela”, señala la introducción del libro.
Cabe resaltar que este libro fue entregado por el mismo Sontone al Papa Francisco, cuando llegó al Perú en el 2018. Para encontrarse con el Sumo Pontífice, el líder indígena llegó al coliseo de Puerto Maldonado con la típica vestimenta de su pueblo.
Antonio Sueyo al salir del hospital tras vencer el COVID-19, en el 2021. Foto: Diresa de Madre de Dios
Una vida interminable
Como real un guerrero de su pueblo, Antonio Sueyo burló muchas veces a la muerte. Solo en el 2021, por ejemplo, a sus 82 años, sobrevivió al COVID-19 después de permanecer 14 días internado en el hospital Santa Rosa de Madre de Dios.
Según los médicos, era poco probable que Sontone venciera al virus debido a su avanzada edad, porque poseía un marcapaso bicameral y tenía el 70 % de sus pulmones dañados. Sin embargo, no solo sobrevivió a la reciente pandemia, sino que además se fue del hospital expresando una enérgica sonrisa.
Tras salir del hospital, le confesó a su hijo que para sanarse recurrió a los “cantos curativos y ancestrales” que le ayudaron, e incluso -en algunas ocasiones- aparecieron “los espíritus de los sabios” u otras figuras mágicas representadas por otorongos y osos que también contribuyeron a su mejora.
Sontone, así como sus hermanos, sobrevivieron además a masacres históricas registradas durante el boom del caucho, a las enfermedades que se expusieron al ser contactados y, actualmente, a las nuevas actividades que ponen en peligro a pueblos como los harakbut: el narcotráfico, la minería ilegal y la tala.
Hasta antes de su muerte, Sontone vivía en la comunidad nativa Boca de Inambari. Se dedicaba a confeccionar flechas y atuendos típicos. Estas tareas las realizaba con el objetivo de rescatar las tradiciones de su pueblo y transmitir su cultura a las nuevas generaciones.