En lo profundo del océano abunda un compuesto aparentemente contraintuitivo que podría cambiar el futuro de la industria energética. Se trata del ‘hielo inflamable’, un tipo de agua congelada que entra en combustión con mucha facilidad si le prendes fuego.
Este hidrocarburo, conocido como hidrato de metano, fue descubierto por casualidad en la década de 1930, cuando se observó que se formaba en tuberías industriales de gas natural que pasaban por zonas con climas fríos.
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